Urano es el séptimo planeta del Sistema Solar, el tercero en tamaño, y el cuarto más masivo. La principal característica de Urano es la inclinación de su eje de rotación de casi noventa grados con respecto a su órbita; la inclinación no sólo se limita al mismo planeta, sino también a sus anillos, satélites y el campo magnético del mismo. Urano posee la superficie más uniforme de todos los planetas por su característico color azul-verdoso, producido por la combinación de gases presentes en su atmósfera y tiene un sistema de anillos que no se pueden observar a simple vista. Además posee un anillo azul, el cual es una rareza planetaria. Urano es uno de los dos planetas que tiene un movimiento retrógrado, similar al de Venus.


En la mitología clásica, Urano (en griego antiguo Οὐρανός Ouranos, ‘cielo’, ‘firmamento’, latinizado Uranus) es el dios primordial del cielo. En la mitología griega era personificado como hijo y esposo de Gea, la Madre Tierra. Ambos fueron ancestros de la mayoría de los dioses griegos, pero ningún culto dirigido directamente a Urano sobrevivió hasta la época clásica y el dios no aparece entre los temas comunes de la cerámica griega antigua. Sin embargo, la Tierra, el Cielo y Estigia podían unirse en una solemne invocación en la épica homérica.

La mayoría de los griegos consideraban que Urano era un dios primordial (protogenos), y no le asignaban padres. Bajo la influencia de los filósofos, Cicerón afirma en De natura deorum que era descendiente de los antiguos dioses Éter y Hemera, el Aire y el Día. Según los himnos órficos, Urano era el hijo de la diosa de la noche, Nix. Su equivalente en la mitología romana era Caelus (de caelum, en latín ‘cielo’).

En el mito de la creación olímpico, como cuenta Hesíodo en su Teogonía, Urano acudía cada noche a cubrir la tierra y unirse a Gea, pero odiaba los hijos que engendró. Hesíodo menciona a los seis titanes y las seis titánides, a los Hecatónquiros, gigantes de cien brazos y cincuenta cabezas, y a los Cíclopes, gigantes de un solo ojo. Urano encerró a los hijos menores de Gea en el Tártaro, el mundo de las profundidades y la oscuridad. Sin embargo Gea los amaba, así que talló una hoz de pedernal y pidió ayuda a sus hijos titanes para vengarse de Urano. Solo Crono, el menor de ellos, estuvo dispuesto a cumplir con su obligación: emboscó a su padre y lo castró con la hoz, arrojando los genitales tras él.

Al salpicar la sangre (o, según la versión, el semen) de éstos en la Tierra, surgieron los Gigantes (más tarde destruidos por los dioses con la ayuda de Heracles), las Erinias (Furias vengadoras), las Melias (ninfas de los fresnos) y, según algunos autores, los Telquines. Crono arrojó al mar la hoz (que dio origen a la isla de Corfú, aunque otras versiones cuentan que la hoz ensangrentada fue enterrada y de ella nació la fabulosa tribu de los feacios, que habitaba esta isla) y los genitales de Urano, que produjeron una espuma de la que nació Afrodita. Tras derrocar a Urano, Crono lo encerró en el Tártaro junto con los Cíclopes y Hecatónquiros, a quienes también temía.

Gea y Urano vaticinaron entonces que Crono sería a su vez derrocado por uno de sus propios hijos, y así el titán intentó evitar su destino devorando a su descendencia. Zeus, gracias a un engaño urdido por su madre, Rea, evitó este destino y terminó derrocando a su padre.

Estos mitos antiguos de orígenes remotos no tenían reflejo en los cultos de los helenos. La función de Urano es la de dios derrotado de una época pasada, antes de que el tiempo real empezase. Tras su castración, el Cielo no volvió a acudir a cubrir la Tierra por la noche, sino que ocupó su lugar, y «los padres originales llegaron a su fin». Urano era considerado apenas antropomorfo, aparte de los genitales en el mito de la castración. Era simplemente el cielo, que los antiguos concebían como una bóveda arqueada o techo de bronce, sujetado fijo (o girado sobre un eje) por el titán Atlas. Es los poemas homéricos, ouranos es a veces una alternativa al Olimpo como hogar colectivo de los dioses; una ocurrencia obvia sería al final del libro I de la Ilíada, cuando Tetis surge del mar para suplicar con Zeus: «saliendo de entre las olas del mar, subió muy de mañana al gran cielo y al Olimpo, y halló al longividente Cronión sentado aparte». «Olympus se usa casi siempre para ese hogar, pero ouranos alude a menudo al cielo natural sobre nosotros sin alusión alguna a que los dioses vivieran allí», señaló William Sale, concluyendo que el primer asentamiento de los dioses fue el auténtico monte Olimpo, desde donde la tradición de la época de Homero los trasladó al cielo, ouranos. Para el siglo VI, cuando una Afrodita Urania (‘celestial’) era distinguida de la Afrodita Pandemos (‘de toda la gente’), ouranos significaba simplemente la propia esfera celeste.

El planeta Urano Fue descubierto por William Herschel en 1781. Tiene un diámetro ecuatorial de 51,800 kilómetros (32,190 millas) y completa su órbita alrededor del Sol cada 84.01 años terrestres. Está a una distancia media del Sol de 2,870 millones de kilómetros (1,780 millones de millas). El día de Urano dura 17 horas y 14 minutos. Urano tiene al menos 15 lunas. Las dos más grandes, Titania y Oberón, fueron descubiertas por William Herschel en 1787.

La atmósfera de Urano está compuesta por un 83% de hidrógeno, 2% de metano y pequeñas cantidades de acetileno y otros hidrocarbonos. El metano situado en la parte alta de la atmósfera absorbe la luz roja, dando a Urano su color verde-azul. La atmósfera está organizada en nubes que circulan a latitudes constantes, de forma parecida a como lo hacen las bandas latitudinales más intensas de Júpiter y Saturno. Los vientos en latitudes medias de Urano soplan en la dirección de la rotación del planeta. Estos vientos alcanzan velocidades de 40 a 160 metros por segundo. Experimentos científicos por radio han encontrado vientos en el ecuador que soplaban a unos 100 metros por segundo en dirección opuesta.

Urano se distingue por el hecho de estar inclinado hacia un lado. Esta inusual posición puede ser el resultado de una colisión con un cuerpo planetario durante la historia temprana del Sistema Solar. La nave Voyager 2 comprobó que una de las consecuencias más sorprendentes de esta posición ladeada es su efecto sobre la cola del campo magnético, que está a su vez inclinado 60 grados respecto al eje de rotación del planeta. Se ha comprobado que la cola magnética ha adoptado la forma de un sacacorchos detrás del planeta debido a su rotación. La fuente del campo magnético es desconocida; el supuesto océano de agua y amoníaco que bajo una inmensa presión y eléctricamente conductivo debía estar entre el núcleo y la atmósfera parece que no existe. Los campos magnéticos de la Tierra y otros planetas se piensa que son el resultado de las corrientes eléctricas producidas por sus núcleos fundidos.

Urano tiene 27 satélites naturales conocidos. Los nombres de los satélites de Urano se toman de los personajes de las obras de William Shakespeare y Alexander Pope, especialmente de sus protagonistas femeninas. Los satélites más grandes son Titania y Oberón, de tamaño similar (1580 y 1520 km de diámetro, respectivamente). Otros satélites importantes son Umbriel, Ariel y Miranda. Estos eran los cinco satélites conocidos de Urano antes de que el Voyager 2 llegara allí. Ninguno de los satélites de Urano tiene atmósfera.

Los satélites más grandes fueron visitados por la sonda espacial Voyager 2 en 1986, en su camino hacia los límites del sistema solar. Las fotografías que tomó son aún las imágenes de mayor resolución que tenemos de estos satélites tan lejanos. En los meses anteriores a la llegada del Voyager 2 su cámara se dedicó a la exploración del plano ecuatorial para descubrir nuevos satélites invisibles desde la Tierra. Encontró 10 satélites con diámetros de 40 a 160 km. Orbitan entre el más exterior de los anillos y Miranda. Posteriormente, a partir de los años 90, el Telescopio Espacial Hubble ha permitido aumentar el número de satélites conocidos hasta 27.

Miranda, un satélite de sólo 470 km de diámetro, principalmente está compuesto por hielo de agua y polvo. Tiene el acantilado más alto del Sistema Solar (Verona Rupes); una altísima pared de 20 km de altura (10 veces más alta que las paredes del Gran Cañón, en la Tierra).

Umbriel es un cuerpo de forma esférica que mide 1.169 km de diámetro. Aproximadamente, la misma medida que Ariel, otro de los satélites de Urano. A diferencia de las otras lunas de Urano, los cráteres de Umbriel son oscuros, haciendo que la superficie solo refleje un 16% de la luz incidente, siendo por tanto la luna de Urano con menor albedo. Quizá por ello, necesitó la nave Voyager 2 acercarse más antes de poder detectarlos. Si Umbriel no hubiese tenido cráteres se hubiese tratado de una superficie extremadamente joven. En las fotografías tomadas por el Voyager 2, que la visitó el 1986, se aprecia una superficie rocosa y llena de cráteres, que se extienden por todo el satélite y que son fruto del bombardeo de los productos de desecho en la formación del Sistema Solar. Se trata por tanto de una superficie muy vieja. La única diferencia con Oberón es la ausencia de rayos brillantes. Los rayos brillantes se forman en satélites helados cuando el impacto de la formación del cráter expulsa al exterior hielo límpio que antes estaba enterrado. Esta ausencia que acentúa la uniformidad del satélite puede deberse a:

* Que los micrometeoritos han mezclado la materia de los rayos con la adyacente muy oscura.
* Que los rayos contuvieran metano oscurecido luego por radiaciones de alta energía.
* Que el satélite tenga una capa profunda de material oscuro y los impactos que formaron los cráteres no hayan podido formar rayos brillantes. Se han observado rayos oscuros en Ganimedes una luna de Júpiter.

Está compuesto mayoritariamente por hielo de agua con partes de roca de carbono y metano congelado. La mayor parte de este metano se encuentra en la superficie. No parece que haya tenido actividad geológica desde hace mucho tiempo.

La característica más destacable de Umbriel es Wunda, una zona blanca brillante con forma de anillo situada cerca del ecuador del satélite. Tiene 140 km de diámetro y no se sabe con seguridad qué es pero probablemente sea un cráter cubierto con algún tipo de hielo. También se conoce otro cráter llamado Skind, con un brillante pico central (ver imagen). Esto significa que la capa oscura no es muy profunda pues el material adyacente es blanco.

Ariel es un objecto quasi-esférico de 1.158 km de diámetro medio, sólo un poco más pequeño que Umbriel. Pero mientras Umbriel es el más oscuro de los grandes satélites, Ariel es el más brillante, con un albedo de en torno al 40%. La superficie de Ariel es una de las más jóvenes y menos craterizada del sistema de Urano. Posee cráteres de entre 5 y 10 km de diámetro pero carece de grandes cráteres.

Su superficie, al igual que la de Oberón y Titania, tuvo que sufrir el impacto de cuerpos remanentes de la formación del Sistema Solar. Pero la historia geológica de Ariel debe ser más parecida a la de Titania pues sufrió de manera significativa el bombardeo con los restos de formación del sistema de satélites de Urano, que fue posterior y que, en el caso de Ariel, borró casi totalmente los grandes cráteres. La diferencia con Titania reside en que la actividad geológica en Ariel fue más intensa y prolongada. La superficie de Ariel presenta pruebas de tectónica global con estrechos valles limitados por fallas de estiramiento y cañones. Las fallas están mucho más desarrolladas que en el caso de Titania y en algunos lugares los valles de las fallas alcanzan decenas de km. de profundidad.

Según el modelo aceptado para la evolución de Ariel, durante el bombardeo heliocéntrico, ya empezó el vulcanismo a cubrir los grandes cráteres, bien por la acción de la lava o bien porque la corteza estaba caliente y blanda y derrumbó sus paredes. La irradiación del calor interior enfrió al satélite desde fuera hacia el interior del satélite. El agua se congeló en su interior, aumentó su tamaño y la superficie entera del satélite tuvo que dilatarse, causando en la superficie una red de fallas de expansión. Sólo se han encontrado un tercio de cráteres con origen en el borbardeo planetocéntrico por lo que es señal de que han sido borrados y su superficie reconstruida por un proceso volcánico.

También hay signos más evidentes que en Titania de expulsión de material desde el interior del satélite. En algunos sitios, paralela a la falla, se observa material que fluyó del interior del satélite similar a la lava que fluye en las dorsales oceánicas de la Tierra. La diferencia es que el material que fluyó del interior de Ariel no era lava sino una mezcla caliente de hielo y roca bastante viscoso y que se desplazó de forma similar a un glaciar terrestre sepultando los accidentes más antiguos y formando sus bordes una abrupta escarpadura de un km. de altura.

Miranda es un cuerpo cuasi-esférico de 472 km de diámetro. Todo parece indicar que el nacimiento del satélite fue extremadamente violento, debido a la extraordinaria orografía. La superficie de Miranda está formada en su mayoría de hielos de agua, siendo el interior posiblemente formado por rocas silicatadas y compuestos ricos en metano.

Geológicamente, Miranda ha sido el cuerpo más activo del Sistema Solar. La superficie está atravesada por grandes cañones de hasta 20 km de profundidad con regiones de terreno resquebrajado indicando una muy intensa actividad geológica en el pasado. Se piensa que esta actividad geológica podría estar relacionada con efectos de marea producidos por Urano. Sin embargo, es más aceptada la teoría de que en el pasado Miranda sufrió un fuerte impacto que estuvo a punto de destruir la luna. Otra teoría, que ahora ya no se considera tan válida, dice que en el pasado Miranda sufrió un fuerte impacto que la partió en trozos. Con el tiempo, los fragmentos se volvieron a juntar dando el aspecto de cuerpo remendado que tiene actualmente.


Fuentes: Urano (motoligia) - Urano (Planeta) - Astronomia - Solar Views

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