El dia de hoy voy a publicar una nota que espero que sirva para crear una conciencia de los recursos naturales que son mal explotados o contaminados o no aprovechados y de como revertir un flagelo que esta afectando a todo el mundo. Al final de esta nota adjunto todas las fuentes de donde se pueden extraer mas informacion.
Segun la wikipedia por desertización, aridización se entiende el proceso por el que un territorio que no posee las condiciones climáticas de los desiertos, principalmente una zona árida, semiárida o subhúmeda seca, termina adquiriendo las características de éstos. Esto sucede como resultado de la destrucción de su cubierta vegetal, de la erosión del suelo y de la falta de agua, si a este proceso natural le sumamos la acción del hombre, incrementando/favoreciendo este proceso como consecuencia de sus actividades, hablamos de desertificación: La desertificación es la degradación de las tierras áridas, semiáridas y zonas subhúmedas secas. Causado principalmente por variaciones climáticas Y actividades humanas tales como el cultivo y el pastoreo excesivo, la deforestación y la falta de riego.
Según datos del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PENEUMA), el 35% de la superficie de los continentes puede considerarse como áreas desérticas. Dentro de estos territorios sobreviven millones de personas en condiciones de persistente sequía y escasez de alimentos. Se considera que la expansión de estos desiertos se debe a acciones humanas. Cuando el proceso es sin intervención humana, es decir, por causas naturales se lo llama de la desertización.
Una de las primeras etapas de la desertificación es la destrucción de la cubierta vegetal, pero no es necesariamente la única como "disparador" del fenómeno. Puede ser causa o efecto del proceso de aridización. Originalmente estas zonas eran fértiles, donde se practicaba una agricultura secuencial. El aumento de la población obligó a una explotación intensiva del terreno hasta que se produjo su agotamiento. La segunda etapa comienza cuando la tierra deja de ser fértil y se encuentra despojada de su cubierta vegetal, el agua y el viento lo erosionan más rápido hasta llegar a la roca. En la mayor parte de las zonas de cultivo el suelo se erosiona mucho más deprisa de lo que demora en formarse. Podrían necesitarse décadas o centurias para que el paisaje volviera a cubrirse de verde.
Regiones mas castigadas por este fenomeno:
* Madagascar: es el país más erosionado del mundo. El 93% del bosque tropical y el 66% de su selva lluviosa han sido talados.
* África: en países muy poblados y con pocos recursos, como los de la franja subsahariana, se observa un incremento de las zonas desérticas. Naciones que durante siglos habían sostenido sociedades prósperas, se encuentran ahora en el límite de la subsistencia.
* España: es el país de la Unión Europea con máximo índice de desertización.
* Italia: es el país con menos desertización de la Unión Europea.
* Argentina: Patagonia Argentina, región sur de su vasto territorio, se halla muy afectada por este fenómeno en su parte central y en menor medida en su parte costera, debido al sobre pastoreo ovino, la mala agricultura, mala utilización de recursos hídricos, lacustres y la explotación petrolera sin ningún control estatal.
Alguna causas:
La degradación de la tierra por la agricultura no sostenible
Segun un informa presentrado por la UN, que aqui paso a extraer un fragmento, uno de los motivos de la desertificacion es debido a la la agricultura no sostenible tiene un impacto tan directo y fuerte en el suelo, que este no puede regenerarse naturalmente. Los nutrientes del suelo y la materia orgánica disminuyen a la vez que la agricultura intensiva absorbe grandes cantidades de nutrientes con una rapidez mayor de la capacidad natural de regeneración del suelo. Por consiguiente, el suelo no puede recuperarse, como lo hace durante los períodos en barbecho, resultando así un espiral cada vez mayor de degradación del medio ambiente y de pobreza, que son las causas principales de la degradación de la tierra y la desertificación.
Las causas primordiales que agravan la degradación de la tierra derivan del denuedo de los granjeros por maximizar la productividad del suelo, lo que incluye: cosechas cultivadas en áreas con riesgo elevado de sequía; acortamiento de los ciclos de la cosecha y reducción de los períodos en barbecho; escaso uso de fertilizantes después de cosechar; rotación de cosecha inadecuada o, lo que es peor, monocultivo; trabajo intensivo; cría intensiva y pastoreo excesivo, lo que tiene un impacto negativo sobre la vegetación y el suelo; separación de la ganadería y la agricultura, eliminando una fuente de fertilizante natural o de materia orgánica (estiércol del ganado) usada para regenerar el suelo; tala intensiva de árboles y deforestación; incendios de matorrales y bosques; en regiones montañosas, las cosechas se cultivan en taludes inclinados en lugar de seguir las líneas del contorno natural de la montaña y deterioro de las terrazas y de otras técnicas de conservación del suelo y del agua. Para combatir la degradación y la desertificación, es necesario restaurar y fertilizar la tierra, los elementos nutritivos tales como nitrógeno, fósforo, calcio, magnesio etc. que se encuentran en el suelo y son necesarios para que las plantas crezcan. Cuando el suelo ha perdido todos sus elementos nutritivos o una parte de sus componentes (ya sea a causa del viento o del agua) se dice que se ha degradado o que está agotado y como resultado de la pérdida, su productividad disminuye.
Las causas primordiales que agravan la degradación de la tierra derivan del denuedo de los granjeros por maximizar la productividad del suelo, lo que incluye: cosechas cultivadas en áreas con riesgo elevado de sequía; acortamiento de los ciclos de la cosecha y reducción de los períodos en barbecho; escaso uso de fertilizantes después de cosechar; rotación de cosecha inadecuada o, lo que es peor, monocultivo; trabajo intensivo; cría intensiva y pastoreo excesivo, lo que tiene un impacto negativo sobre la vegetación y el suelo; separación de la ganadería y la agricultura, eliminando una fuente de fertilizante natural o de materia orgánica (estiércol del ganado) usada para regenerar el suelo; tala intensiva de árboles y deforestación; incendios de matorrales y bosques; en regiones montañosas, las cosechas se cultivan en taludes inclinados en lugar de seguir las líneas del contorno natural de la montaña y deterioro de las terrazas y de otras técnicas de conservación del suelo y del agua. Para combatir la degradación y la desertificación, es necesario restaurar y fertilizar la tierra, los elementos nutritivos tales como nitrógeno, fósforo, calcio, magnesio etc. que se encuentran en el suelo y son necesarios para que las plantas crezcan. Cuando el suelo ha perdido todos sus elementos nutritivos o una parte de sus componentes (ya sea a causa del viento o del agua) se dice que se ha degradado o que está agotado y como resultado de la pérdida, su productividad disminuye.
La desertificación en Argentina (ver enlace)
En la Argentina, el octavo país más extenso del mundo, las zonas áridas, semiáridas, y subhúmedas secas representan el 75 por ciento de la superficie total, donde se asienta el 30 por ciento de la población.
“Cerca de un 30 por ciento del territorio argentino sufre procesos de degradación de suelos y desertificación, en casi todas las regiones del país. El desmonte y la exacerbación del mono-cultivo pueden tener en poco tiempo un efecto multiplicador de este daño ambiental que es muy preocupante”, afirma el doctor Pablo Canziani, Investigador Independiente del CONICET y Director del Equipo Interdisciplinario para el Estudio de Procesos Atmosféricos en el Cambio Global.
De acuerdo con los doctores Héctor F. del Valle y Fernando R. Coronato, investigadores del Centro Nacional Patagónico (Cenpat-CONICET), las provincias más comprometidas por el proceso de desertificación, y en las cuales se deberían priorizar las medidas de atenuación y/o control son en orden prioritario: Santa Cruz, Neuquén, Chubut y Río Negro.
“Si la geografía es la manifestación de la sociedad en el espacio físico, un espacio físico deteriorado refleja una sociedad deteriorada” afirman del Valle y Coronato. Con respecto al proceso de desertificación indican que “los esfuerzos deben estar orientados a consagrar los recursos humanos y materiales, energía y tiempo para encontrar soluciones duraderas.”
“El problema de la desertificación escapa del nivel técnico y pasa a ser político. Es en todo caso, un problema social. Controlar y combatir la desertificación es, más que un desafío técnico, un desafío social” concluyen Del Valle y Coronato.
En la Argentina, el octavo país más extenso del mundo, las zonas áridas, semiáridas, y subhúmedas secas representan el 75 por ciento de la superficie total, donde se asienta el 30 por ciento de la población.
“Cerca de un 30 por ciento del territorio argentino sufre procesos de degradación de suelos y desertificación, en casi todas las regiones del país. El desmonte y la exacerbación del mono-cultivo pueden tener en poco tiempo un efecto multiplicador de este daño ambiental que es muy preocupante”, afirma el doctor Pablo Canziani, Investigador Independiente del CONICET y Director del Equipo Interdisciplinario para el Estudio de Procesos Atmosféricos en el Cambio Global.
De acuerdo con los doctores Héctor F. del Valle y Fernando R. Coronato, investigadores del Centro Nacional Patagónico (Cenpat-CONICET), las provincias más comprometidas por el proceso de desertificación, y en las cuales se deberían priorizar las medidas de atenuación y/o control son en orden prioritario: Santa Cruz, Neuquén, Chubut y Río Negro.
“Si la geografía es la manifestación de la sociedad en el espacio físico, un espacio físico deteriorado refleja una sociedad deteriorada” afirman del Valle y Coronato. Con respecto al proceso de desertificación indican que “los esfuerzos deben estar orientados a consagrar los recursos humanos y materiales, energía y tiempo para encontrar soluciones duraderas.”
“El problema de la desertificación escapa del nivel técnico y pasa a ser político. Es en todo caso, un problema social. Controlar y combatir la desertificación es, más que un desafío técnico, un desafío social” concluyen Del Valle y Coronato.
Un pequeño ejemplo de como revertir esto
A lo largo de los años se han estudiado diversos métodos para recuperar terrenos desertizados, muchas veces con éxito. Un método que ha tenido mucha aceptación es la reforestación progresiva de las zonas afectadas. Realizando un estudio dentro de cada caso, se van introduciendo especies de plantas que soporten los niveles de sequía en la zona, aumentando los niveles de humedad y progresivamente introduciendo nuevas especies ganando terreno sobre las zonas afectadas. Existe un caso práctico que se ha llevado a cabo en la década de 1930, con éxito en Villa Gesell, una pequeña ciudad del litoral de Argentina.
La agricultura sostenible (Extracto de documento publicado por la UN)
¿Qué es agricultura sostenible?
Se refiere a la capacidad de una granja de producir alimentos indefinidamente, sin causar daños irreversibles en la salud del ecosistema. El problema tiene una doble perspectiva: a) un aspecto biofísico, que se relaciona con los efectos a largo plazo de diversas prácticas sobre las características de los suelos y de los procesos esenciales para la productividad de la cosecha; b) un aspecto socioeconómico relacionado con la capacidad, a largo plazo, de los granjeros de obtener insumos y de manejar recursos tales como trabajo.
Durante años, la agricultura ha cambiado notablemente debido a las nuevas tecnologías, a la mecanización, al incremento del uso de productos químicos, a la especialización y a las políticas de los gobiernos favorables a la maximización de la producción. Estos cambios han tenido costes significativos, tales como, el agotamiento de las capas superficiales fértiles de la tierra, la contaminación de las aguas subterráneas y la desaparición de las condiciones económicas y sociales en las comunidades rurales, entre otros.
Un movimiento en auge, surgido durante las dos últimas décadas, ha puesto en tela de juicio el papel del sector agrícola por promover prácticas que contribuyen a estos problemas ambientales y sociales. Hoy, este movimiento en pos de una agricultura sostenible, que integra tres objetivos principales: la higiene ambiental, la rentabilidad económica y la equidad social y económica, está ganando una ayuda y una aceptación cada vez mayores en las prácticas agrícolas dominantes. Una diversidad de filosofías, políticas y prácticas han contribuido a lograr estos objetivos y desde los granjeros hasta los consumidores, han compartido esta visión y han contribuido a la consecución de esas metas. La agricultura sostenible, no sólo aborda muchas de las preocupaciones medioambientales y sociales, sino que también ofrece oportunidades innovadoras y económicamente viables para cultivadores, trabajadores, consumidores, responsables políticos y muchas otras personas implicadas en toda la cadena de consumo y de producción alimentaria.
La agricultura sostenible (Extracto de documento publicado por la UN)
¿Qué es agricultura sostenible?
Se refiere a la capacidad de una granja de producir alimentos indefinidamente, sin causar daños irreversibles en la salud del ecosistema. El problema tiene una doble perspectiva: a) un aspecto biofísico, que se relaciona con los efectos a largo plazo de diversas prácticas sobre las características de los suelos y de los procesos esenciales para la productividad de la cosecha; b) un aspecto socioeconómico relacionado con la capacidad, a largo plazo, de los granjeros de obtener insumos y de manejar recursos tales como trabajo.
Durante años, la agricultura ha cambiado notablemente debido a las nuevas tecnologías, a la mecanización, al incremento del uso de productos químicos, a la especialización y a las políticas de los gobiernos favorables a la maximización de la producción. Estos cambios han tenido costes significativos, tales como, el agotamiento de las capas superficiales fértiles de la tierra, la contaminación de las aguas subterráneas y la desaparición de las condiciones económicas y sociales en las comunidades rurales, entre otros.
Un movimiento en auge, surgido durante las dos últimas décadas, ha puesto en tela de juicio el papel del sector agrícola por promover prácticas que contribuyen a estos problemas ambientales y sociales. Hoy, este movimiento en pos de una agricultura sostenible, que integra tres objetivos principales: la higiene ambiental, la rentabilidad económica y la equidad social y económica, está ganando una ayuda y una aceptación cada vez mayores en las prácticas agrícolas dominantes. Una diversidad de filosofías, políticas y prácticas han contribuido a lograr estos objetivos y desde los granjeros hasta los consumidores, han compartido esta visión y han contribuido a la consecución de esas metas. La agricultura sostenible, no sólo aborda muchas de las preocupaciones medioambientales y sociales, sino que también ofrece oportunidades innovadoras y económicamente viables para cultivadores, trabajadores, consumidores, responsables políticos y muchas otras personas implicadas en toda la cadena de consumo y de producción alimentaria.
El manejo integrado de la tierra y del agua (Ver enlace)
Son métodos clave de prevención de la desertificación. Todas las medidas que protegen los suelos contra la erosión, la salinización y otras formas de degradación del suelo de hecho previenen la desertificación. El uso sostenible de la tierra puede hacer frente a actividades humanas tales como el sobrepastoreo, la sobreexplotación de las plantas, apisonamiento de suelos y prácticas no sostenibles de la irrigación que exacerben la vulnerabilidad de las tierras secas. Las estrategias de manejo incluyen medidas de desconcentración de las presiones de las actividades humanas, tales como trashumancia (uso rotativo) en las tierras de pastoreo y abrevaderos, número de cabezas de ganado en consonancia con la capacidad de carga del ecosistema, y composición diversificada de las especies. Las prácticas mejoradas de manejo del agua pueden aumentar los servicios relacionados con ella. Éstas pueden incluir el uso de técnicas tradicionales para la recolección de agua, almacenaje del agua y de diversas medidas de conservación del suelo y del agua. El mantenimiento de las prácticas de manejo para el almacenamiento de agua durante los episodios de precipitaciones intensivas también ayuda a prevenir la escorrentía que arrastra la fina y fértil capa superficial del suelo que es la que retiene la humedad. La mejora de la recarga del agua subterránea a través de la conservación del suelo y el agua, la revegetación en las cabeceras y ampliando la superficie ocupada por las inundaciones puede crear reservas de agua para el uso durante los períodos de sequía.
Otro ejemplo de en el que se vencio a la desertificacion
Lago de Texcoco (ver enlace)
Otro ejemplo de en el que se vencio a la desertificacion
Lago de Texcoco (ver enlace)
En la cuenca del Valle de México esta situación ha sido patente desde hace varios siglos. Con la llegada de los Españoles al centro de México, la entonces zona lacustre, empezó su destrucción.
Unas de las primeras acciones de urbanización en el siglo XVII, fue el retiro del agua de los principales lagos sobre los que se asentaba la antigua metrópoli. La construcción de canales, la apertura de fosos y muchas otras acciones, tuvieron como primordial finalidad sacar el agua del centro, para entonces, a la manera tradicional española, construir una gran ciudad sobre el suelo seco.
Por muchos años esta acción continuó. Así, se desecaron los lagos de Texcoco, Xaltocan, Zumpango, San Cristóbal, Chalco y parte del de Xochimilco. Gran parte de los afluentes que surtían esos lagos han sido entubadas, y la mayoría sirven hoy como vehículo para las aguas negras o residuales de la zona metropolitana. Para la mitad del siglo pasado, la zona del antiguo Lago de Texcoco era un desierto de suelo salitroso, donde no crecía prácticamente nada. Cada año, las tolvaneras, frecuentes en febero y marzo, llevaban gran cantidad de polvo y partículas orgánicas al centro de la Ciudad de México. Cualquier habitante de la zona en aquellos tiempos, sabía de este fenómeno y trataba de cuidarse de los catarros y enfermedades gastrointestinales, frecuentes en esos períodos.
Unas de las primeras acciones de urbanización en el siglo XVII, fue el retiro del agua de los principales lagos sobre los que se asentaba la antigua metrópoli. La construcción de canales, la apertura de fosos y muchas otras acciones, tuvieron como primordial finalidad sacar el agua del centro, para entonces, a la manera tradicional española, construir una gran ciudad sobre el suelo seco.
Por muchos años esta acción continuó. Así, se desecaron los lagos de Texcoco, Xaltocan, Zumpango, San Cristóbal, Chalco y parte del de Xochimilco. Gran parte de los afluentes que surtían esos lagos han sido entubadas, y la mayoría sirven hoy como vehículo para las aguas negras o residuales de la zona metropolitana. Para la mitad del siglo pasado, la zona del antiguo Lago de Texcoco era un desierto de suelo salitroso, donde no crecía prácticamente nada. Cada año, las tolvaneras, frecuentes en febero y marzo, llevaban gran cantidad de polvo y partículas orgánicas al centro de la Ciudad de México. Cualquier habitante de la zona en aquellos tiempos, sabía de este fenómeno y trataba de cuidarse de los catarros y enfermedades gastrointestinales, frecuentes en esos períodos.
La fauna predominante antaño en las zonas lacustres (patos, chichicuilotes, garzas, etc) desapareció por completo de esas zonas.
Como metas se propuso al surgir en 1971, trabajar en un área de 10 000 hectáreas en:
1ª etapa- realizar tareas de infraestructura hidráulica y de cobertura vegetal en los suelos salitrosos.
2ª etapa- reforzar las tareas anteriores haciendo propicio el área para el desarrollo de bosques y pastizales para la cría de venado y ganado caballar y vacuno. Así, como la construcción de lagos y estanques para actividades piscícolas, de cría de mosco (ahuetle) y de acocil, así como de albergues para aves migratorias.
En todas las áreas crecían pastos, árboles formando cortinas para aminorar la fuerza de los vientos y se desarrollaban importantes investigaciones sobre diferentes especies vegetales (maguey, spirulina).
La cría de ciervo rojo de Nueva Zelanda contaba con más de 100 ejemplares y, al Lago Nabor Carrillo (uno de los principales vasos reguladores) recibía más de 300 mil aves migratorias de 135 especies diferentes. Muchas de ellas eran ya residentes permanentes.
En esa zona se han instalado plantas de tratamiento 1º, 2º y 3º de aguas residuales, las que funcionan continuamente.
La contribución de este proyecto a la zona metropolitana de la Ciudad de México es indiscutible:
* Ha permitido reducir el impacto de las inundaciones.
* Ha permitido eliminar casi en su totalidad, la formación de tolvaneras, con la consecuente mejoría en la salud de los habitantes y la reducción de la visibilidad que en otros tiempo impedía hasta la circulación de los vehículos.
* Recargar los acuíferos mediante el tratamiento de aguas residuales y la inyección de agua tratada al subsuelo, lo que contribuye a frenar el hundimiento de la ciudad.
* Ahorrar el gasto produciendo 1.5 m3 /s de agua tratada para reuso en la agricultura y en la industria.
* Recuperar zonas que permitan mejorar las condiciones ambientales y frenar la desaparición de especies vegetales y animales.
* Mejorar las condiciones climáticas con la construcción de embalses y amplias zonas de bosques y arbustos.
Otro ejemplo mas para revertir la desertificacion
A fines del mes pasado, el gobierno de Senegal presentó una propuesta ante las Naciones Unidas denominada “la muralla verde”. Este proyecto consiste en plantar una barrera de árboles desde Dakar, la capital senegalesa situada a orillas del Atlántico, hasta Yibuti, que se encuentra sobre el Mar Rojo en el otro extremo del continente.
Esta franja boscosa tendría unos 7.500 kilómetros de longitud y unos 15 kilómetros de ancho y estaría situada a las puertas del desierto del Sahara en la región denominada Sahel. El gobierno senegalés ya avanzó en la propuesta y lleva plantados unos 525 kilómetros de árboles. En tanto, los gobiernos de Mali y Chad confirmaron su participación en el proyecto.
Como complemento, algunos arquitectos de la Universidad de California sugirieron solidificar el límite sur del desierto antes de la barrera de árboles, para evitar aun más el avance del Sahara.
La solidificación se efectuaría a través de la inoculación de la bacteria Bacillus Pasteurii en las dunas, ya que convierte la arena en calcita, que es sólida como el cemento. Esta propuesta fue bien recibida en las Naciones Unidas, debido a que algunos detractores de la muralla verde afirman que los árboles podrían ser talados ilegalmente para utilizar la madera como combustible.
El proyecto de la muralla verde en conjunto con la solidificación de la arena, también contempla la posibilidad de crear grandes reservorios de agua de lluvia que podrían llenarse durante las estaciones húmedas para que sean aprovechados durante la época de sequía, que es la mayor parte del año.
Otra solucion posible
Existen dos formas de proteger los oasis con el fin de conservarlos como ecosistemas equilibrados y estables, propicios para el desarrollo de actividades humanas. Los oasis artificiales necesitan importantes entradas de energía y recursos, para crear y mantener un ambiente artificial en forma de sistema cerrado. Por el contrario, los oasis naturales se pueden autoproteger del avance del desierto a través de factores esencialmente biológicos. Partiendo del principio de que los recursos hídricos son suficientes si se utilizan de manera racional, el sistema de barreras verdes constituye un medio eficaz para proteger y establecer los oasis ecológicos.
El sistema de barrera verdes
De acuerdo con las características del oasis de Xinjiang se han elaborado varios modelos de construcción de barreras:
* Alrededor del perímetro del oasis, se construyen barreras formadas por arbustos y hierbas, que obstaculizan el paso del viento y los movimientos de arena;
* En el límite de la zona del oasis, se siembra un cinturón de árboles maduros que refuerzan la acción de la barrera;
* En el interior del oasis, una red forestal protege las tierras agrícolas.
Así, de la periferia al interior del oasis se deben establecer diferentes sistemas de barreras verdes y redes forestales, de acuerdo con las necesidades específicas del área en consideración. Estas barreras están compuestas por diversas plantaciones, formando un ecosistema complejo de árboles, arbustos y hierbas.
El cinturón compuesto por hierbas y arbustos, ubicado en la periferia del oasis está diseñado para controlar los movimientos de las arenas y para evitar que la zona limítrofe del oasis no sea engullida por las arenas del desierto o degradada por la erosión eólica. Numerosos estudios muestran que, debido a la fricción y la resistencia del suelo, la velocidad del viento disminuye de manera significativa en presencia de hierbas y arbustos de una altura de 50-60 cm . La eficacia de esta barrera verde dependerá además de su profundidad y de las especies que la componen.
En las áreas amenazadas por la erosión, la degradación de la tierra puede ser controlada cuando la cubierta de vegetación es del 65% y la superficie del suelo se estabiliza. En las áreas donde se acumula la arena, la vegetación puede retener las dunas una vez que la vegetación cubre el 40% de la superficie. Cuanto más ancha sea la barrera, más efectiva será la protección del oasis. En general, la anchura de la barrera no debe ser inferior a 200 m. Por ejemplo, las observaciones de los movimientos de arena causados por el viento y las avalanchas han mostrado que una barrera verde de una anchura de 100 m puede controlar el 90% del movimiento total de las arenas, mientras que una de 244 m de ancho controla el 97%.
Por otra parte, ciertas especies de hierbas y arbustos producen forraje rico en nutrientes, que eventualmente puede ser utilizado para la alimentación del ganado en las zonas desérticas. En el borde o zona limítrofe de los oasis, se recomienda sembrar álamos y olmos, ya que estas especies previenen la acumulación de arena alrededor de los oasis.
En zonas donde las plantaciones de árboles son muy densas, las arenas móviles se acumulan en el borde de las barreras, del lado de barlovento, formando altas dunas longitudinales. La acumulación de arena alrededor de las barreras es de unos 12 m3 por metro. Si la estructura de la plantación es más abierta, la arena se acumula en el lado de sotavento, formando dunas aplanadas y muy largas, donde la acumulación de arena es de aproximadamente 9 m3 por metro. Con objeto de conservar agua para la irrigación y minimizar los gastos de reforestación se recomienda crear cinturones o barreras, estrechas, de dos hileras de tamarindos.
En el interior del oasis, las redes forestales protegen las tierras agrícolas. Estas redes están compuestas de cuatro a seis hileras ordenadas de árboles. La función protectora de la red está estrechamente ligada a la distancia entre los troncos, y por esta razón en Xinjiang se han reducido las distancias entre las filas de árboles para aumentar la eficacia de la barrera verde en contra del avance del desierto.
De acuerdo con las características del oasis de Xinjiang se han elaborado varios modelos de construcción de barreras:
* Alrededor del perímetro del oasis, se construyen barreras formadas por arbustos y hierbas, que obstaculizan el paso del viento y los movimientos de arena;
* En el límite de la zona del oasis, se siembra un cinturón de árboles maduros que refuerzan la acción de la barrera;
* En el interior del oasis, una red forestal protege las tierras agrícolas.
Así, de la periferia al interior del oasis se deben establecer diferentes sistemas de barreras verdes y redes forestales, de acuerdo con las necesidades específicas del área en consideración. Estas barreras están compuestas por diversas plantaciones, formando un ecosistema complejo de árboles, arbustos y hierbas.
El cinturón compuesto por hierbas y arbustos, ubicado en la periferia del oasis está diseñado para controlar los movimientos de las arenas y para evitar que la zona limítrofe del oasis no sea engullida por las arenas del desierto o degradada por la erosión eólica. Numerosos estudios muestran que, debido a la fricción y la resistencia del suelo, la velocidad del viento disminuye de manera significativa en presencia de hierbas y arbustos de una altura de 50-60 cm . La eficacia de esta barrera verde dependerá además de su profundidad y de las especies que la componen.
En las áreas amenazadas por la erosión, la degradación de la tierra puede ser controlada cuando la cubierta de vegetación es del 65% y la superficie del suelo se estabiliza. En las áreas donde se acumula la arena, la vegetación puede retener las dunas una vez que la vegetación cubre el 40% de la superficie. Cuanto más ancha sea la barrera, más efectiva será la protección del oasis. En general, la anchura de la barrera no debe ser inferior a 200 m. Por ejemplo, las observaciones de los movimientos de arena causados por el viento y las avalanchas han mostrado que una barrera verde de una anchura de 100 m puede controlar el 90% del movimiento total de las arenas, mientras que una de 244 m de ancho controla el 97%.
Por otra parte, ciertas especies de hierbas y arbustos producen forraje rico en nutrientes, que eventualmente puede ser utilizado para la alimentación del ganado en las zonas desérticas. En el borde o zona limítrofe de los oasis, se recomienda sembrar álamos y olmos, ya que estas especies previenen la acumulación de arena alrededor de los oasis.
En zonas donde las plantaciones de árboles son muy densas, las arenas móviles se acumulan en el borde de las barreras, del lado de barlovento, formando altas dunas longitudinales. La acumulación de arena alrededor de las barreras es de unos 12 m3 por metro. Si la estructura de la plantación es más abierta, la arena se acumula en el lado de sotavento, formando dunas aplanadas y muy largas, donde la acumulación de arena es de aproximadamente 9 m3 por metro. Con objeto de conservar agua para la irrigación y minimizar los gastos de reforestación se recomienda crear cinturones o barreras, estrechas, de dos hileras de tamarindos.
En el interior del oasis, las redes forestales protegen las tierras agrícolas. Estas redes están compuestas de cuatro a seis hileras ordenadas de árboles. La función protectora de la red está estrechamente ligada a la distancia entre los troncos, y por esta razón en Xinjiang se han reducido las distancias entre las filas de árboles para aumentar la eficacia de la barrera verde en contra del avance del desierto.
La función de drenaje biológico de las barreras también desempeña un papel importante en la mejora del suelo en el oasis de Xinjiang. En Anjiahi, en la parte norte de Xinjiang, el nivel freático en las áreas agrícolas puede disminuir entre 20 y 70 cm, y la concentración de sal en las capas superiores del suelo puede ser reducida. Además, las barreras que protegen las tierras agrícolas producen madera y productos derivados. Las redes forestales crean además un microclima que mejora el microambiente de los cultivos. Por ejemplo, el consumo de agua por un kilo de maíz y trigo ha disminuido entre un 15 % y un 23 % con la creación de la barrera forestal.
Conclusión
En el oasis de Xinjiang, el sistema de barreras verdes de hierbas y arbustos, junto con las redes forestales en el interior del oasis, protegen este frágil ecosistema de la degradación y la desertificación. Tras la introducción de las barreras verdes en Xinjiang se ha podido observar:
* una disminución en la velocidad del viento;
* un aumento de la resistencia de la capa superficial del suelo;
* una reducción en el avance del desierto por invasión de arena y la estabilización de dunas móviles;
* una disminución de la reflexión de la luz, gracias a la cobertura vegetal;
* un aumento de la concentración de humedad en el aire debido a la transpiración de las plantas;
* una mejora en el rendimiento agrícola debido a la mejora de las condiciones microclimáticas;
* la red forestal suministra a la población local recursos madereros y forraje para el pastoreo;
* los árboles dan sombra durante la estación más calurosa;
* una disminución de la pobreza gracias a las plantaciones de árboles frutales y a la recolección de frijoles y frutas.
Fuentes: Wikipedia - Terrorismo ambiental - Prevension - UNCCD Documento - Suelos Argentinos - FAO.org - Sagan Gea.org - Desertificacion - CINU.org - UN - UNCCD - Lago de Texcoco - Despoblacion - El Muro Verde - CONICET - El santafecino - UNESCO
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