En una nota publicada en la DW-World.de, la misma dice:
Cuando un tren rápido alemán (ICE) recorre el trayecto Hamburgo - Munich, puede ahorrar tanta energía como la que gasta una familia de cuatro personas en todo un año. Pero ese ahorro depende de la forma como el maquinista conduzca, de una señalización inteligente y de la fabricación de los trenes. "En los últimos 20 años, el tren en Alemania ha reducido el gasto de energía en casi 40%", dice Manfred Treber, experto en clima de la organización ambiental Germanwatch. Dicha reducción se debe, sobre todo, al desarrollo de motores que consumen menos energía, pero con mayor rendimiento. Las emisiones de CO2 de los trenes a larga distancia son, gracias a ello, casi tres veces menores que las de los autos. También frente al avión y los camiones de carga, el tren sigue ganando la carrera, con mayor ventaja. Cada pasajero de un tren alemán de larga distancia "consume" unos 2,5 litros de gasolina por persona cada 100 kilómetros. Un auto consume en promedio unos ocho litros de combustible cada 100 kilómetros, transportando estadísticamente 1,5 personas. El consumo asciende, por lo tanto, a 5,5 litros por persona: bastante más que el tren.
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